INTRODUCIENTO

La poesía habita entre nosotros y se manifiesta casi sin darnos cuenta, sin pedir permiso; soy de pensar que el espíritu que nos habita nos habla a través de ella. El poeta entonces es un ser espiritual, con la capacidad de conversar consigo mismo y con el ego lo suficientemente sano para exteriorizar sus diálogos más primitivos.

En mi opinión ha errado quien cree que la poesía es cosa de cultos, intelectuales o letrados; es por el contrario un impulso, una fuerza que puja y empuja buscando florecer, es espíritu, energía, fuego divino que mana de hombres y mujeres.

Todos vivimos con la poesía, ella nos habita en la palabra del espíritu. Si la cultivas se desborda, queda regada por el mundo, por los mundos, en sus diferentes planos existenciales, es cosa del poeta ir en su búsqueda, acudir en su rescate.

Aquí está entonces la palabra de mi espíritu, su poesía.

LA POESIA RESCATADA.

POEMA D


Con vergüenza y a escondidas te veo
paseando entre la sala y mis deseos
telares tan recortos que te cubren
descontrolando las edades de mi angustia.

Tus labios los conocí de cerca
diosa picardía de piernas perfectas
amamántame en tu lecho con lujo reposo
conquistaré tus abismos inexplorados.

Que la Madre Mar sufra de soponcios
mientras nos comemos el aliento a tabaco
que mueran de pena nuestras conciencias
tu experiencia es mi materia electiva.

Manos torpes de mujer madura
sostienen con sus lesionados dedos
todo el peso de mis fantasías de macho
tu Mar me baña, te trae y me posee.

Contigo gozo y tus manos sudorosas
en la mañanas lluviosas de frío acalorado
te invoco mientras juegas a la santa 

divina dama del ajonjolí.

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