INTRODUCIENTO
La poesía habita entre nosotros y se manifiesta casi sin darnos cuenta, sin pedir permiso; soy de pensar que el espíritu que nos habita nos habla a través de ella. El poeta entonces es un ser espiritual, con la capacidad de conversar consigo mismo y con el ego lo suficientemente sano para exteriorizar sus diálogos más primitivos.
En mi opinión ha errado quien cree que la poesía es cosa de cultos, intelectuales o letrados; es por el contrario un impulso, una fuerza que puja y empuja buscando florecer, es espíritu, energía, fuego divino que mana de hombres y mujeres.
Todos vivimos con la poesía, ella nos habita en la palabra del espíritu. Si la cultivas se desborda, queda regada por el mundo, por los mundos, en sus diferentes planos existenciales, es cosa del poeta ir en su búsqueda, acudir en su rescate.
Aquí está entonces la palabra de mi espíritu, su poesía.
LA POESIA RESCATADA.
ASCENSOR
Ese ascensor bajaba del cielo,
no hablo de falsos paraísos
de gracia divina
de santidades
ni de ángeles turistas,
las creaciones mas hermosas
vienen de muy altos momentos.
Ese ascensor bajaba del cielo,
trajo sollozo y sonrisas,
la mano amiga y los labios de amante,
dos guerreros de plata bajaron con ella,
venían del Sur y estacionaron en tierra
y un juglar que cantaba poesía
adornaba su estrella.
Trajo sollozo y sonrisas
la lágrima escapó al instante
y traviesa cayó en mi bota
y pintó de violeta los caminos,
no olvidé nunca su osadía
vi su salpicadura y caída,
allí quedo tierna como eterno tatuaje.
Trajo sollozo y sonrisas
sus labios fueron estampida
mil besos atorados gritaron presencia
cuando dijo su nombre.
El Mar y un tilín de campanita,
dibujaron labios amantes
boca ternura, lengua candela.
Ese ascensor bajó del cielo
con un calor tan grande que
empuja emociones, mueve lo quieto y
provoca temblores.
Cuerpo de tierra y sábana
oscura en el día y de rojo destello
cuerpo libre y de dulce deseo.
Ese ascensor bajó del cielo
y trajo una amante de rojo destello.
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