INTRODUCIENTO
La poesía habita entre nosotros y se manifiesta casi sin darnos cuenta, sin pedir permiso; soy de pensar que el espíritu que nos habita nos habla a través de ella. El poeta entonces es un ser espiritual, con la capacidad de conversar consigo mismo y con el ego lo suficientemente sano para exteriorizar sus diálogos más primitivos.
En mi opinión ha errado quien cree que la poesía es cosa de cultos, intelectuales o letrados; es por el contrario un impulso, una fuerza que puja y empuja buscando florecer, es espíritu, energía, fuego divino que mana de hombres y mujeres.
Todos vivimos con la poesía, ella nos habita en la palabra del espíritu. Si la cultivas se desborda, queda regada por el mundo, por los mundos, en sus diferentes planos existenciales, es cosa del poeta ir en su búsqueda, acudir en su rescate.
Aquí está entonces la palabra de mi espíritu, su poesía.
LA POESIA RESCATADA.
POEMA H
No es justicia el amor entre enemigos
conocí la gloria de tus pieles
combatiendo tus miradas
derrites cuanto tocas con tus manos.
No me incluyas en la lista de tus afectos
asumamos que me odias con todas tus pecas
mete la humanidad entera en la boca
que descienda a tus pies la ruina de los seres.
Estás enferma de jauría y de complejos
yo no he estado en esos lugares malolientes
de los que tú me acusas con tanta certeza
bebí de tus fluidos amándote y odiándote.
No sigas invocando la rabia de mis enemigos
recuerda que un día fuiste mi celadora
la guerra nos deja siempre confusas heridas
ubícate en el panteón de los laureles.
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