INTRODUCIENTO

La poesía habita entre nosotros y se manifiesta casi sin darnos cuenta, sin pedir permiso; soy de pensar que el espíritu que nos habita nos habla a través de ella. El poeta entonces es un ser espiritual, con la capacidad de conversar consigo mismo y con el ego lo suficientemente sano para exteriorizar sus diálogos más primitivos.

En mi opinión ha errado quien cree que la poesía es cosa de cultos, intelectuales o letrados; es por el contrario un impulso, una fuerza que puja y empuja buscando florecer, es espíritu, energía, fuego divino que mana de hombres y mujeres.

Todos vivimos con la poesía, ella nos habita en la palabra del espíritu. Si la cultivas se desborda, queda regada por el mundo, por los mundos, en sus diferentes planos existenciales, es cosa del poeta ir en su búsqueda, acudir en su rescate.

Aquí está entonces la palabra de mi espíritu, su poesía.

LA POESIA RESCATADA.

V. POEMA PARA AMANECER TRANQUILO


En las mañanas, cuando amanece
y escucho quejas por Dioses,
gritos y mil maldiciones;
mi espíritu duerme otro poco
en espera de un momento más oportuno
más idóneo, para despertar.

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